16 de enero de 2014

La magra compañía

Eric Ries
The Lean Startup
Crown Business Books, New York, 2011
328 páginas

Por cuestiones que no voy a contar aquí, últimamente me veo obligado a leer más libros sobre negocios de lo que sería saludable. Tras un par de recomendaciones, tuve que hacerme con éste, al menos para poder entender ciertas palabrejas que me sonaban un tanto raras.

Traducir el título al español se las trae -el editor español no ha querido complicarse la vida y ha tirado por la calle de enmedio- pues nadie se ha molestado todavía en acuñar un término equivalente a 'startup', una empresa recién fundada con ambiciones de crecer mucho; 'lean' es más fácil, pues quiere decir flaco o magro. Así que acabo de terminar un libro llamado "La magra compañía", título interesante aunque me temo que no quiere decir lo mismo.

La idea básica del libro se puede resumir así: no hay peor despilfarro que hacer bien un producto que luego nadie quiere usar, así que es mejor experimentar con prototipos o versiones muy peladas (MVP o 'minimum viable product'), o con lanzamientos más reducidos, por ejemplo limitando el área geográfica. Nos centraremos donde veamos demanda o "tracción", y lo que no triunfe lo tiraremos a la basura sin mayor ceremonia.

En algunas industrias, como por ejemplo los servicios a través de la web, este proceso de prueba y error es más sencillo de plantear y de medir los resultados; en otras será más complicado, pero siempre debemos encontrar la forma de hacerlo. Todo esto de forma crítica, sin ponernos a medir magnitudes secundarias que hagan parecer que vamos camino del éxito cuando nos estamos engañando a nosotros mismos.

A menudo la respuesta al experimento será sorprendente, y tendremos que replantearnos el producto ofrecido, para lo cual el autor se inventa el término "pivotar", como en baloncesto. Lo han adivinado, aquí el juego consiste en gran medida en inventarse palabras y significados. Ries ilustra esos pivotes con una buena cantidad de ejemplos, muchos extraídos de su experiencia personal en IMVU, una compañía dedicada a la venta de avatares animados para que la gente los coloque en sus programas de mensajería instantánea. Aunque parezca increíble, hay quien paga por ello, y la empresa tiene beneficios: tuvieron que pivotar unas cuantas veces para llegar a esa conclusión.

 Tanto negocio y tanta gestión me han recordado a mi viejo amigo el Kraken. Con un click podrán contemplar las ventosas en todo su esplendor

Esto que acabo de contar, extendido con más ejemplos, definiciones más formales y alguna técnica que otra, daría para un buen ensayo, artículo largo de diez páginas de revista o librillo de cincuenta páginas, cien como mucho, pero el autor tenía otros objetivos. El primero, que para poder venderse como "libro" hacen falta 20o páginas, mejor alguna más, así que ya se puede preparar el lector para las toneladas de relleno y hectómetros cúbicos de paja que le van a caer encima. No señor, de lean no tiene nada.
Segundo, que el tal Eric Ries se gana muy bien la vida impartiendo conferencias de esas motivadoras, y como las 'startups' de verdad no están como para tirar el dinero en chorradas, se dedica a ampliar el conceto 'startup' hasta que ocupa algo así como el 90% de las actividades humanas y el 99% de las diabólicas. Define 'startup' como "institución humana diseñada para crear un nuevo producto o servicio bajo condiciones de incertidumbre extrema", y luego en los ejemplos nos demuestra que se puede aplicar a todo, en especial a esas grandes corporaciones con hermosos presupuestos para gastar, ejem, en conferencias de esas tan motivantes. El ejemplo más desopilante es el de una directora de Hewlett-Packard, rama "bobás y tontás" (bueno, el libro dice "división global de innovación social", júzguenlo ustedes mismos), encargada de convencer a los empleados para que se apunten a una campaña de voluntariado.

Por si eso fuera poco, Ries ha montado El Movimiento lean startup (no se rían), lleno de homilías y promesas de cambiar el mundo a golpes de management. Con eso y un par de digresiones sobre el modelo Toyota de calidad total y otros lugares comunes del género, ya tenemos las 300 páginas.

Como habrán adivinado si han llegado hasta aquí, "The Lean Startup" me ha cabreado así como un poco. Eso de tomar una idea interesante, pero tampoco de enorme alcance, e inventarse una especie de sistema filosófico universal en torno a ella para convertirla en libro y forrarse motivando a jefes intermedios, es la plaga que hace que pocos de los libros de la sección 'negocios' valgan la pena.
Aquí tenemos otro ejemplo.

Para que nadie me acuse de parcial, pego aquí una crítica mucho más constructiva:

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1 comentario:

Luis dijo...

Gracias por el trabajo de zapa. Has sacado la idea fundamental de entre toda la paja, como el que extrae oro... de un montón de estiercol :/