9 de febrero de 2014

El puto amo

Adrian Goldsworthy
Caesar, Life of a Colossus (César, vida de un coloso)

Yale University Press, New Haven, 2006
583 páginas


Llega el momento de exponer mis vergüenzas ante los imaginarios lectores de este blog y desvelar una de mis influencias culturales: La Página Definitiva, ese exquisito compendio de artículos sobre política, historia y cultura popular del que me leo hasta los comentarios, salvo si son de fútbol.

El pasado diciembre publicaron esta magnífica reseña de una biografía del gran Julio, y, además de admirarme de la erudición de los comentaristas, decidí darle yo también un repaso. No les voy a repetir lo que ya pueden leer, mucho mejor escrito, en el enlace anterior, por lo que me voy a limitar a un par de apreciaciones:

La primera, sobre el protagonista: habiendo existido gente así, ¿qué falta hacía inventar superhéroes, por Júpiter? Buen orador, hábil político, seductor compulsivo (habría sido más corta la lista de "aristócratas romanos a los que NO había puesto los cuernos"), valiente en el cuerpo a cuerpo (el episodio de los piratas da para una película de acción) y general tan destacado que hoy en día se sigue estudiando: ¿alguien da más? Frente a su figura, los secundarios que aparecen por el libro, molestando al galán (Craso, Cicerón, Pompeyo, Bilbulus, el plasta de Catón el Joven, y tantos otros) no parecen dignos rivales. Quizás Pompeyo. Y Sila, Dictator cuando Cayo Julio era todavía un alevín, podría haber bordado el papel de supervillano si la Parca no hubiera hecho su trabajo.

Castro de Las Cogotas, cerca de Ávila. Caius Julius Caesar pasó una temporada pacificando las tribus de salvajes entre el Duero y el Tajo. Ahora quizá seamos más pacíficos, pero no más refinados.

Me han dado tentaciones de compararlos con la caterva del Consejo de Ministros del Reino de España, actual o de los últimos 20 años, pero es como enfrentar a un escarabajo con un tigre: podemos ponernos a medir, pero ¿qué sentido tiene?. Eso sí, la teoría y práctica del clientelismo como sistema político lo tienen bien aprendido.

Panteón de Agrippa, Roma, julio de 2012

Para terminar, un comentario sobre el libro en sí: estoy seguro de que se han escrito docenas o centenares de biografías de don Julio. Como un servidor sólo se ha leído ésta, no se va a poner a comparar, pero sí puede recomendarla sin reservas: a pesar de estar publicada por una universidad, es un libro destinado al gran público, por lo que prima la legibilidad. Proporciona información del contexto histórico, pero sin exagerar, y hay muy pocas notas al pie que interrumpan la lectura. Los capítulos previos a la Guerra de las Galias, por necesidad un recuento de intrigas y alianzas políticas, discursos, votaciones y juicios, con largo desfile de personajes, ¡son entretenidos!

Mi único problema con la figura de Julio César es que tras una infancia entre comics de Astérix, no me lo puedo imaginar más que como lo dibujó Uderzo...

 Ya me estáis tocando los cojones, galos...