29 de agosto de 2021

El principio del fin

1. Perfil

Vista de Ávila hacia el sur, verano de 2015. Puedes hacer click en la foto para ampliar.

 

La sierra que sirve de fondo para la fotografía se llama Sierra de la Paramera. Su perfil (montaña aislada - valle - subida suave - macizo con tres picos que culmina en el Zapatero, luego cae abruptamente para suavizarse y mantener altitud constante hasta volver a bajar hacia el paso donde termina la sierra, el Puerto de Menga) es algo que todos los que nos hemos criado en la ciudad de Ávila o su comarca, el valle Amblés, tenemos muy bien grabado en la memoria. Es la imagen que nos da la bienvenida, que nos dice que estamos llegando a  casa, sea al salir de un túnel en el tren que viene de Madrid, o al abandonar la autovía A6 cuando llegamos desde el norte.

 

Como casi todas las cadenas montañosas del Sistema Central, su cara norte es mucho más suave que la sur. Ascender al Zapatero (2158 m) no es más que un largo paseo. Es una sierra bastante pelada, pobremente cubierta por pasto y unos pocos matorrales resistentes a la sequía, a las heladas y sobre todo a los herbívoros, víctima de siglos de ganadería extensiva. Cerca de la línea de pueblos (sobre los 1200 metros) empieza el encinar, y los sotos (chopos, sauces, fresnos) a la orilla de los ríos.

 

De escaso atractivo turístico, es ideal para pasear días enteros sin ver a nadie, subir en bici -desde la ciudad de Ávila, varios puertos a 20 km de distancia, rutas entre pueblos, más numerosas pistas ideales para la de montaña- y tratar de reconocer plantas y pájaros. También hay un castro celta más o menos conocido y los castillos de Villaviciosa y Aunqueospese, cuyo señor feudal se atrevió a desafiar al alcaide de Ávila aprovechando las guerras civiles de la Baja Edad Media. En aquella época, Ávila era un concejo que daba miedo.

 

El 14 de agosto de 2021 un coche se incendió en la carretera que cruza el puerto de Menga, el límite occidental de la Paramera. El incendio tardó una semana en ser controlado.

2. Planta

Mapa del área afectada por el incendio. Enlace al archivo original.


El mapa anterior está copiado de la web "Educación Forestal". Contiene una secuencia de imágenes de satélite y mapas en los que se puede contemplar la evolución del incendio. Calculan 22.000 hectáreas quemadas.

 

Aunque hubo que evacuar cuatro pueblos (Riofrío, Robledillo, Villaviciosa, Sotalvo) y el fuego estuvo a punto de entrar en las casas, no hubo víctimas. Ardieron unas mil hectáreas de bosque: los pocos pinares de la ladera norte y los encinares de cotas más bajas. Para la prensa "nacional", una noticia menor, una vez establecido que la Comunidad de Madrid estaba a salvo. El diario "El País" situaba el incendio en Gredos, qué más da.


Para comprender mejor la magnitud del incendio, midamos su extensión: un polígono irregular de unos 25 km de largo por 10 km de ancho, más un saliente de unos 7 km más. Dibujándolo en Google Maps, me salen 220 km2, lo cual equivale a las 22.000 hectáreas de Educación Forestal. Doy por buena la aproximación.

Aproximando el área afectada usando Google Maps


Superpongamos la figura sobre esa sierra tan cara para la prensa española, la de Madrid:

 
Lo que supondría un incendio así en el Guadarrama

Prácticamente toda la Sierra del Guadarrama sería destruida: despidámonos Cuerda Larga, Pedriza, la ladera sur del valle del Lozoya y la cabecera de Valsaín.


También nos lo podemos llevar a los Picos de Europa:



Superposición sobre los Picos de Europa


O al parque nacional de Aigües Tortes i Estany de Sant Maurici:

Superposición sobre Aigües Tortes


Creo que ya os podéis hacer una idea.


3. Alzado

Foto de David Castro, copiada de este tweet 


Cuando ya se sabía que la superficie destruida superaba las 20.000 hectáreas, el presidente de la Junta de Castilla y León, en una "excusatio non petita" de libro, la cifraba en 12.000 hectáreas.


La Diputación de Ávila no dispone ni de un solo parque comarcal de bomberos, lo cual significa que la provincia entera depende de los bomberos de la ciudad de Ávila. Lo justifican por su bajo presupuesto, pero, como dice este muy buen artículo de eldiario.es, la provincia de Soria, con menor presupuesto, tiene cinco parques comarcales.

 

La Diputación de Ávila sí dispone de un campo de golf, dicen que muy frecuentado por Esperanza Aguirre. La Diputación de Ávila lleva más de 30 años en manos del PP.


A pesar de esta consecuencia criminal de la combinación entre corrupción y desidia, fruto entre otras cosas de la increíble fidelidad del electorado, creo que hay razones para ser todavía más pesimista: el incendio comenzó mientras se batían los récords de temperaturas máxima y mínima más altas jamás registradas en el observatorio de Ávila (AEMET tarda un tiempo en hacerlos oficiales, hay que certificar bien las mediciones). Esto, tras un largo verano sin lluvia, una situación a la que ya nos hemos acostumbrado; si sumamos el viento, el campo es un auténtico polvorín que cualquier chispa va a prender.


Una semana después de la extinción del incendio, los ríos bajan negros de ceniza y los políticos empiezan a hablar de subvenciones y compensaciones económicas. Más de uno venderá las vacas y se comprará un piso en la ciudad para pasar la jubilación.


Esta es la cara que el calentamiento global muestra en la cuenca mediterránea, y cada año será peor que el anterior. Poner más medios ayudará a paliar la catástrofe, evitar víctimas, pero como hemos visto en California, Italia y Grecia, no se pueden hacer milagros. Este año el premio gordo ha caído en Ávila, habrá que ver quiénes son los siguientes agraciados. El gobierno de la nación, mientras tanto, propone gastar tres mil millones de euros en ampliar aeropuertos, mientras presiona a Bruselas para retrasar lo más posible los impuestos al combustible de aviación. La economía del país sigue basada en sectores (turismo de masas, fabricación de automóviles, construcción) que no solamente deberían reducirse si queremos minimizar los efectos del cambio climático, sino que se reducirán drásticamente queramos o no. Todavía somos un país rico, ya veremos en qué se gasta.


Hubo un tiempo en que el verano era mi estación preferida.


Quince segundos de vídeo bastan para ilustrar perfectamente el alcance de la devastación. Se puede ver aquí.



1 de enero de 2021

Lecturas en 2020

Por primera vez, a principios de 2020 decidí apuntar todo lo que iba leyendo. Hasta abrí una cuenta en Goodreads para ir preparando una lista de lecturas pendientes (acepto solicitudes de amistad y compañerismo). Luego llegó el confinamiento y todo se complicó; pasé la Semana Santa leyendo todo lo que tengo de Chris Ware, pues la enorme caja de "Building Stories" llevaba años en una estantería esperando un momento tan propicio. Y una cosa lleva a la otra, qué bueno es el tío.

Ha sido un buen año en cuanto a la lectura: tengo apuntados 61 libros de los que aproximadamente un sexto son comics. Creo que he leído mucho más que otros años, sobre todo porque he cancelado las suscripciones a revistas (la New Yorker trae cada semana un volumen de texto equivalente a una novela mediana, de calidad muy irregular) y no ha aparecido ninguna serie de televisión capaz de hacerme dejar el libro que tuviese entre manos.

Así al peso,

  • De los 61 libros, 37 me gustaron. Muy buena proporción.
  • 14 me cabrearon, asquearon o hicieron perder el tiempo
  • y 10 libros ni fu ni fa

La mejor novela, y la más larga, que leí en todo el 2020 fue La Regenta. Una relectura muy provechosa, porque la primera vez debió de ser a los 16 o 17 años y por aquel entonces no estaba yo del todo capacitado. También cayeron cuatro novelas de Galdós, empieza uno por eso del centenario y pronto resulta difícil encontrar algo mejor para pasar el rato.

También tuve la gran suerte de descubrir grandes autores: Cristina Morales, Sebastian Haffner, Elena Ferrante, Antonio Soler, Laurent Binet y sobre todo Israel Yehoshua Singer. Como placer culpable que me hacía leer novelas en modo compulsivo, Pierre Lemaitre. 

Nada como las excursiones en bici a un aeropuerto desierto para ilustrar un año tan raro.

El libro que más me cabreó durante todo el año fue Kaputt, de Curzio Malaparte. Como si destilasen lo peor de Jotdown en formato libro de memorias. Tampoco me hizo ninguna gracia la basura pseudohistórica de Henry Kamen Spain's road to empire; en el capítulo libros de historia, para mí una agradable fuente de entretenimiento, me quedo con Streams of gold, rivers of blood de Anthony Kaldellis, una crónica del Imperio Bizantino en los tiempos más bulgaróctonos. El podcast The History of Byzantium me acompañó durante buena parte del encierro, y había que profundizar.

En cuanto a la nacionalidad de los autores, para mí es un alivio que solamente 17 procedan de Anglosajonia, frente a 16 españoles e hispanoamericanos y 14 franceses. Alivio porque la hegemonía de la industria cultural anglosajona a veces resulta asfixiante, como puede comprobar cualquiera que asome la nariz por el twitter hispánico y sus traducciones literales inconscientes.

Necesito empezar 2021 con algo bueno: nada mejor que empezar una novelita de la serie Mundodisco.