1 de enero de 2021

Lecturas en 2020

Por primera vez, a principios de 2020 decidí apuntar todo lo que iba leyendo. Hasta abrí una cuenta en Goodreads para ir preparando una lista de lecturas pendientes (acepto solicitudes de amistad y compañerismo). Luego llegó el confinamiento y todo se complicó; pasé la Semana Santa leyendo todo lo que tengo de Chris Ware, pues la enorme caja de "Building Stories" llevaba años en una estantería esperando un momento tan propicio. Y una cosa lleva a la otra, qué bueno es el tío.

Ha sido un buen año en cuanto a la lectura: tengo apuntados 61 libros de los que aproximadamente un sexto son comics. Creo que he leído mucho más que otros años, sobre todo porque he cancelado las suscripciones a revistas (la New Yorker trae cada semana un volumen de texto equivalente a una novela mediana, de calidad muy irregular) y no ha aparecido ninguna serie de televisión capaz de hacerme dejar el libro que tuviese entre manos.

Así al peso,

  • De los 61 libros, 37 me gustaron. Muy buena proporción.
  • 14 me cabrearon, asquearon o hicieron perder el tiempo
  • y 10 libros ni fu ni fa

La mejor novela, y la más larga, que leí en todo el 2020 fue La Regenta. Una relectura muy provechosa, porque la primera vez debió de ser a los 16 o 17 años y por aquel entonces no estaba yo del todo capacitado. También cayeron cuatro novelas de Galdós, empieza uno por eso del centenario y pronto resulta difícil encontrar algo mejor para pasar el rato.

También tuve la gran suerte de descubrir grandes autores: Cristina Morales, Sebastian Haffner, Elena Ferrante, Antonio Soler, Laurent Binet y sobre todo Israel Yehoshua Singer. Como placer culpable que me hacía leer novelas en modo compulsivo, Pierre Lemaitre. 

Nada como las excursiones en bici a un aeropuerto desierto para ilustrar un año tan raro.

El libro que más me cabreó durante todo el año fue Kaputt, de Curzio Malaparte. Como si destilasen lo peor de Jotdown en formato libro de memorias. Tampoco me hizo ninguna gracia la basura pseudohistórica de Henry Kamen Spain's road to empire; en el capítulo libros de historia, para mí una agradable fuente de entretenimiento, me quedo con Streams of gold, rivers of blood de Anthony Kaldellis, una crónica del Imperio Bizantino en los tiempos más bulgaróctonos. El podcast The History of Byzantium me acompañó durante buena parte del encierro, y había que profundizar.

En cuanto a la nacionalidad de los autores, para mí es un alivio que solamente 17 procedan de Anglosajonia, frente a 16 españoles e hispanoamericanos y 14 franceses. Alivio porque la hegemonía de la industria cultural anglosajona a veces resulta asfixiante, como puede comprobar cualquiera que asome la nariz por el twitter hispánico y sus traducciones literales inconscientes.

Necesito empezar 2021 con algo bueno: nada mejor que empezar una novelita de la serie Mundodisco.

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