26 de marzo de 2008

Kapuscinski y la Unión Soviética

Reseña publicada originalmente el 21/3/2002 en mic-culturilla. La multitud de emails recibidos desde entonces hace aconsejable preservarlo, en este blog.

Ryszard Kapuscinski
El Imperio (Imperium Czytelnik)


Anagrama. Barcelona, 1997 (2ª edición). 352 páginas.
Primera publicación en 1993.
El periodista polaco Ryszard Kapuscinski resume en este volumen sus encuentros con un imperio que tiene muy cerca: el imperio soviético, antes llamado Rusia. Y después, también.
Entre lo
s años 1939 y 1991 lo recorre desde el sur (Termez, frontera con Afganistán) al norte (Vorkutá, círculo polar) y de oeste (Brest, frontera polaca) hasta Magadán (mar de Ojotsk, en el Pacífico). El ojo crítico de Kapuscinski hace que sea mucho más que un libro de viajes.

Ryszard Kapuscinski (1932) es un famoso periodista polaco especializado en el Tercer Mundo. Hace un tiempo leí Ébano, una colección de crónicas sobre la absoluta miseria material y moral que devora al África negra, y me produjo tal impresión que, al ver El Imperio en la biblioteca de mi barrio, no pude resistir tomarlo prestado.

Como polaco, Kapuscinski se ha visto obligado a convivir con el gigante que tienen a Oriente y que les ha dominado durante casi toda su vida; como periodista, no ha podido menos que investigar en su interior para contárselo al mundo.
El Imperio comienza con el primer encuentro que tiene el autor con la URSS, a los 7 años, cuando el Ejército Rojo ocupa su ciudad natal tras el pacto Molotov-Ribbentrop, practicando deportaciones en masa y demás muestras de amistad. Prosigue con la crónica de unos viajes realizados durante los años 60 por las repúblicas caucásicas y del Asia Central: es esta la parte más floja del libro, deteniéndose casi exclusivamente en aspectos turísticos, monumentos, arte y tradiciones populares.

A continuación, comienza lo verdaderamente bueno: un par de viajes entre los años 1989 y 1991, a lo largo y ancho del Imperio, entre cochambre, corrupción, aviones que nunca despegan... Pasa por Armenia ya prácticamente en guerra con su vecino Azerbaiyán, Georgia donde también empiezan los líos nacionalistas, el Moscú de las aberraciones estalinistas, el desierto de Aral, antes conocido como "mar de...". Todo ello descrito de forma veraz y razonable, aunque -y es de agradecer- el autor no se recata de dar sus opiniones y añadir toda la información necesaria para situar al lector en el contexto histórico.

Aunque nevado, lugar infinitamente menos nocivo que los Lager de Kolyma.
La Rioja, marzo 2003.


Sin embargo, la parte más impresionante del viaje es la que discurre por las oscuras y gélidas ciudades mineras del norte de Siberia: Vorkutá, Yakutsk, Magadán y la región de Kolyma. Regiones repletas de lagers de tiempos del Gulag abandonados, ciudades construidas sobre cadáveres: de los campos auríferos de Kolyma, en el extremo noreste de la URSS, no sobrevivía ni el 10% de los condenados. Tremendo.
Lo ya presentado, y otros capítulos que no voy a resumir aquí, basta para poder recomendar este libro a cualquiera. Agradezco especialmente el que Kapuscinski haya sabido distanciarse de su condición de polaco, eterna víctima del coloso ruso etc., así como la ausencia de fundamentalismo dogmático de ninguna clase. El estilo es sumamente claro y ameno, apoyándose en citas y relatos de testigos presenciales pero de forma ágil, sin entorpecer una lectura que fluye sin esfuerzo, pero sin descuidar un nivel intelectual exigente. Ojalá muchos de sus colegas de por aquí le tomaran como ejemplo...
A modo de epílogo, el autor formula una serie de reflexiones sobre el momento histórico en que se encuentra el Imperio, en pleno proceso de implosión y de transición hacia algo desconocido (1992-93), y expresa lo que a su juicio son los principales peligros que le acechan. Evidentemente, da en el clavo. Me gustaría posar mis garras sobre lo que sin duda ha escrito sobre Yeltsin, Chechenia y demás logros de la libertad...


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