Algo ilustrado a la perfección por esta fotografía, tomada en un lugar desolado pero habitado desde antiguo. Está llena de canteras artesanales donde seguramente hay que cuidarse más del vandalismo que del robo, todo un monumento al trabajo duro de verdad.
Al lado del antiguo castro ha aparecido ahora otra imponente fortaleza. No ha cambiado tanto lo que se necesita defender.
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