Centro de Arte del teatro Fernán Gómez. Del 3 de junio al 26 de julio de 2009. Folleto de la exposición (pdf).
De las sedes habituales de Photoespaña, la del antes conocido como Centro Cultural de la Villa, en los subterráneos de la Plaza de Colón, siempre contiene la exposición más grande y agotadora. El año pasado fue Eugene Smith, probablemente la mejor exposición de la muestra; este año han preferido una exposición colectiva, de más de 20 fotógrafos. Siendo muy distintos, me pasé la exposición buscando características comunes, además de la obvia por cronológica.
Fotógrafos de muchos países, no siempre de la misma generación, temática a veces contrapuesta -denuncia social frente al artisteo más onanista posible-, estética variopinta... hay que esforzarse mucho para adivinar los criterios de los organizadores. Ni siquiera el título, que comparte con la campaña de este año de Photoespaña, nos sirve: ¿de verdad las imágenes de William Eggleston, por nombrar al más famoso del grupo, representan la vida cotidiana? Tras mucho pensar, y descartar las muestras más alejadas de "la media" (por ejemplo, los tocados nigerianos de J.D. Okhai Ojelkere), creo que comparten una atracción por lo feo y lo marginal, un desprecio aparente por la belleza -desmentido por el cuidado con el que están compuestas muchas fotos-, carga política y, sobre todo, una gran subjetividad.
Yo habría preferido menor número de fotógrafos y más espacio dedicado a cada uno de ellos. Los que menos me han gustado, los del mundo de la performance, como Sophie Calle, que se refiere a sí misma como 'artista narrativa' (ay) y con Les dormeurs llena una pared de fotos de gente que va pasando por su cama a echarse una siestecita, o el aburridísimo Hans-Peter Feldmann, capaz de ilustrar el 'fluir automático de lo real' con decenas de fotos de una barcaza bajando por el Rin. Había más del estilo, pero para qué seguir. Mucho concepto obvio y poca chicha que lo sustente.
Al verla pensé que podría ser la portada de un disco de Tom Waits: lo es, y de uno de los mejores: Rain Dogs.
Termino con los que más me han gustado. Además de algunos viejos conocidos, como Eggleston o García-Alix, me encantó la serie de primeros planos del surafricano David Goldblatt, el ambiente cutre, portuario y desesperado del Café Lehmitz, Hamburgo de Anders Petersen, los panoramas industriales de Ostrava (Victor Kolár), los retratos fuera de contexto de Gabriele y Helmut Nothhelfer, y, como descubrimiento que hace valer la pena la visita a la exposición, los dípticos de Berlín de la serie Zoo 78, del fotógrafo inglés Victor Burgin. Frente a las perogrulladas de los 'artistas', un juego de imágenes del Berlín occidental, zoo rodeado por los rusos, con textos del escritor ruso Viktor Shklovsky.
1 comentario:
He tenido ocasión de ver la muestra y es magnifica. Tambien recomiendo vivamente la exposición de la sala ICO de Dorothea Lange
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