Consejería de Cultura y Deporte de la Comunidad de Madrid (Alcalá, 31). Del 17 de diciembre de 2009 al 28 de febrero de 2010. Web de la exposición.
Sitio web de Pierre Gonnord.
Bien aconsejado por el autor del blog pictórico Manchas sin ley, valientemente me enfrenté a las bajas temperaturas (algo que ha dejado de ser heroico desde que el Metro tiene calefacción) y dediqué la mañana del sábado a contemplar esta pequeña exposición.
Lo primero que llama la atención es el descomunal tamaño de las reproducciones, todo un lujo que refuerza el impacto de las imágenes, aunque yo creo que se sostendrían también en tallas más normales. Según he leído por ahí, Pierre Gonnord estuvo por el Norte de España y Portugal, deteniéndose y practicando su arte en aldeas perdidas -en la propia exposición no hay ninguna información al respecto, pero Internet es grande y todo lo sabe-. No es un dato demasiado relevante, pues las imágenes no necesitan de demasiado contexto.
Las obras expuestas se pueden agrupar en dos grandes series, retratos y paisajes. Al fotografiar paisajes, Gonnord ha elegido escenas dramáticas: más de la mitad son incendios, representando con acierto los efectos atmosféricos del fuego y el humo en las laderas. Pero lo que más me ha llamado la atención son los retratos. De un lado, una galería de viejos aldeanos, vestidos con ropas humildes; del otro, un grupo de mineros, retratados con ese extraño maquillaje producto de la combinación de sudor y polvo del carbón.
Me han recordado a los retratos del Barroco: fondo oscuro, ropas oscuras, solamente la cara y las manos -cuando aparecen- aparecen iluminadas. Salvo en un par de casos, el retratado mira fijamente a la cámara, y, por tanto, clava su mirada en el espectador: parece como si estuvieran buceando en el alma de quienes les contempla, en una curiosa inversión de papeles. Las caras, sobre todo las de los ancianos, reflejan una vida de trabajo y pocas alegrías; pero son los ojos, muchos maltratados y acuosos ya, los que transmiten emociones poderosas: miedo, desconfianza o indiferencia. Sale uno temblando de allí.
Los mineros, por suerte, trabajadores en pleno disfrute de sus facultades físicas, apuntan más hacia otro tipo de sensaciones: fuerza, trabajo, dignidad, desafío. Sin poder tratarlas de optimistas, son imágenes mucho menos duras que las de los ancianos y ancianas, que me recuerdan a esas viejas, amigas o parientes de mis abuelas, que tanto me asustaban de chico.
9 de enero de 2010
Pierre Gonnord. Terre de Personne.
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4 comentarios:
Tiene buena pinta, la verdad. El tenebrismo barroco está bastante claro. También parece que el fotógrafo se suma a la moda del famoso "efecto Dragan", ¿me equivoco?
Aprovecho para felicitarte el Año Nuevo. ¿Te deslizaste con tu Rosebud desde los pinos montículos abulenses? Un abrazo.
No conocía yo el "efecto Dragan", he tenido que enviar una jaculatoria a San Google para que me ilumine. Tras ver las barbaridades que hace la gente con el Photoshop, yo diría que no, que Gonnord utiliza la vieja técnica del rollo de tela oscura para los fondos, iluminación sencilla pero muy cuidada para aislar los rostros del fondo. Si ha retocado los retratos, cosa que entra dentro de lo posible, no es evidente.
Gracias y feliz Año Nuevo para la cada vez más numerosa familia Stlánik.
Un abrazo.
Me alegro de que te gustara. Estoy de acuerdo en que lo más potente de la expo son los retratos. Las imágenes de naturaleza son más a veces texturas, y en general no me transmiten demasiado.
Es sin embargo en los retratos donde se ve mucha fuerza. Gonnord elige (supongo que adrede) una estética muy del clásico retrato español. Algunos de ellos podrían ser cuadros de Velazquez, con esos tonos pardos, luces intensas matizadas, y los fondos oscuros.
Es cierto que la asombrosa calidad de las reproducciones hace mucho por la sensación, pero creo que en un A4 quedarían igualmente bien.
Y sobre el postproceso... La verdad es que soy bastante poco talibán en ese tema. No creo especialmente en la existencia de una "imagen real" que deba ser respetada. Pero vamos, tema totalmente abierto a discusión.
Técnicamente son excelentes y no parecen retocadas. Además, los modelos son poderosos, la luz muy buena, los fondos los mejores para no distraer...Y sin embargo...
...No me gustan: los veo impostados, falsos, estos retratos tenebristas, caravaggianos: no sé explicarlo, pero mienten estas fotos, quizás las caras demasiado sucias cuando son rostros de gentes que se acicalarían y se endomingarían para hacerse una foto. Miente este fotógrafo, no es un verdadero artista. Pero es muy bueno, sí, no me interesa.
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