7 de marzo de 2012

De Arbúcies a Santa Fe del Montseny

Como entrenamiento espiritual antes de iniciar esa penitencia que es el Mobile World Congress, un servidor y su hermano decidieron abandonar su escondite barcelonés y respirar un poco de aire puro.

Una de las muchas ventajas que tiene Barcelona es que está rodeada de sierras, montes y montañas, por lo que no faltan sitios hermosos para pasear. En este caso optamos por una ruta con bastante desnivel pero suave, y siempre por un bosque que iba cambiando de especie dominante: alcornoques, robles, hayas, abetos, con algún castaño y acebo para dar mayor variedad.

Partiendo del pueblo de Arbúcies, en la ladera norte del macizo del Montseny, subimos por un sendero muy bien señalizado con las marcas amarillas y blancas propias de un PR (Pequeño Recorrido), colocadas en estacas que se veían muy nuevas. El sendero llega hasta Santa Fe del Montseny, un grupo de edificios de piedra entre los que se encuentra un antiguo hotel de cazadores. También llega la carretera, por lo que tras varias horas de soledad y silencio uno se encuentra la típica acumulación de domingueros; no preocuparse demasiado, ya que casi todos prefieren seguir una mini-ruta hasta el pantano de Santa Fe, dejando tranquilo el camino de Arbúcies.

Tras zamparnos un par de reconfortantes butifarras, acompañadas de pan amb tomàquet y un vaso de tinto, emprendimos el camino de vuelta, un tranquilo paseo cuesta abajo por un bosque por el que se filtraba un agradable sol de invierno.

Datos medidos con el GPS:

  • Distancia recorrida: 20,17 km
  • Tiempo en movimiento: 4h 51'
  • Tiempo parados: 1h 10'


La ruta, sobre Google Maps. El camino de vuelta es el mismo que el de ida, salvo pérdida de señal o rápido atajo.


Perfil de la etapa: totalmente simétrico, como corresponde. El desnivel es considerable: 960 metros

1 comentario:

Anónimo dijo...

El Montseny es un macizo que realmente merece la pena visitar, y muy desconocido fuera de Catalunya (los teclados alemanes no tienen algunas letras, no es nacionalismo). Lo más recomendable, los alrededores del Matagalls, lo menos, la afición a poner banderas chorras en lo alto de cada pico (alguno se la podrìa poner en cierto sitio...).