Al caer la tarde de un día de verano, las tejas del cobertizo del patio guardan el calor durante un par de horas. El gato se tiende, clava en mí sus ojos verdes, y me vigila.
Los que ya saben quién soy no necesitan información; para aquellos que no, les bastará saber que resido en un lugar imaginario llamado Hortaliza, situado en una meseta cuyo clima cruel determina el ecosistema natural y humano. Mis actividades laborales, recreativas y demás fazañas son totalmente irrelevantes. Quien quiera contactar conmigo a través del correo electrónico, puede dejar el suyo en un comentario o bien seguir estas instrucciones.
1 comentario:
¡qué guapo!
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