En Gredos se llama "garganta" lo que en Levante se conoce como "barranco". Normalmente es mucho más espectacular el relieve calizo, mucho más erosionado, que el granítico, casi inalterable, pero todo cambia al pasar a la alta montaña y llegar a los valles de origen glaciar, como en esta ruta.
Una ruta que sigue el patrón lógico: remontar una garganta hasta su origen, un pequeño lago en el centro de un circo glaciar. Dejamos el coche en un aparcamiento muy cerca de Nava del Barco, y subimos por un paraje muy agradable, entre robles, castaños, alisos y huertos de frutales: lo que hace de la comarca de Barco de Ávila mi favorita de la provincia, y donde probablemente me retiraré a tramar la revolución. El bosque deja paso a una zona de prados, y pronto comienzan los amontonamientos de roca y los riscos atormentados propios del modelado glaciar. Pudimos ver un grupo de cabras montesas dedicadas a sus labores: saltar de peña en peña, o, los machos, atizarse cornadas con intento de sodomización incluido. Lo que hay que ver.
El verdadero premio llega al final. Tras una subida bastante cómoda por los grandes escalones de roca por los que cae el arroyo en forma de cascadas (el camino está arreglado y muy bien señalizado), se llega al Corral del Diablo, un estrecho circo cuyo suelo ocupa la Laguna de la Nava.
Lo que se siente, rodeado de enormes paredes de roca viva en un sitio tan pequeño, es difícil de olvidar: un nombre de lo más apropiado.
Datos medidos con el GPS:
- Distancia recorrida: 21,1 km
- Tiempo en movimiento: 5h 43'
- Tiempo parados: 2h 15'
Sin duda, una de las mejores excursiones que se pueden hacer por Gredos: hermosa, accesible, nada masificada, y con el esfuerzo justo. Habrá que repetir en invierno, a ver qué pinta tiene.
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