Viernes, cuatro de la tarde. Liquido el trabajo, cierro el ordenador, y salgo de casa buscando sustituir ciertas secuencias de tráfico que inundan mi cabeza, llenándola con cualquier otra cosa. Entro en el metro, y aparezco en una exposición:
Lugares comprometidos. Topografía y actualidad
Museo colecciones ICO. Del 4 de junio al 24 de agosto de 2008.
Varios artistas actuales (todas las obras son de la última década), unas pocas obras de cada uno, en teoría relacionadas por su representación del paisaje y de los "lugares". Pronto renuncio a encontrar un hilo conductor o una narrativa común, pero planteándolo como una colección un tanto arbitraria de obras muy recientes, se puede disfrutar. Hay de todo: fotomontajes de espacios apocalípticos, torres de hormigón en grandes explanadas desoladas y grises (Beate Gütschow); enormes mosaicos de imágenes de pistas de esquí en verano (Walter Niedermayr); unas cien fotos pequeñas de casitas con jardín, irónico friso sobre las delicias de la vida de
clase media en la Alemania occidental de los 80 (Peter Piller); incluso unas aburridas fotografías de maniobras militares en un desierto de California, con sus soldaditos, camiones y tanques (An-My Lê).
Mis favoritas, las fotografías de Geert Goiris, paisajes enigmáticos que contienen siempre elementos fuera de lugar, como el rinoceronte en un prado verde con niebla, o el árbol solitario de esta foto de aquí,
Geert Goiris, Solitary Tree
Salí de allí convencido de no haber perdido el tiempo, y me acerqué a la galería La Fábrica: una pequeña exposición del fotógrafo español Félix Curto. Retratos de niños y hombres de la comunidad mennonita, con sus pantalones de peto, sombreros y camisas abrochadas hasta el cuello. Unos retratos muy bien resueltos y, sobre todo, muy amables. Se diría que trataron bien al fotógrafo.
En la puerta de al lado, librería La Fábrica, de donde salgo cargando con un libraco del gran August Sander, por un precio ridículo. A continuación, otra vez al metro, emerjo en el edificio de la Telefónica, siempre uno de los escenarios clave de Photoespaña.
Thomas Demand. Cámara.
Fundación Telefónica. Del 5 de junio al 24 de agosto. Web de la exposición.
Thomas Demand elige un escenario famoso por alguna noticia de gran repercusión: una embajada, una sala de recuento de votos, una taberna donde se ha cometido un crimen. Lo reconstruye a base de cartulina y pegamento, lo fotografía con exquisito cuidado y voilá! ya tenemos "una reflexión fundamental sobre el estado de la imagen", en palabras del folleto que me dieron al entrar.
Lo siento, pero a pesar del virtuosismo técnico, tanto fotográfico como al construir las maquetas, me deja frío. No sé si porque me parece muy obvio o por todo lo contrario, por no darme cuenta de nada (nunca hay que descartar este factor tratándose de arte contemporáneo). Quizá no sepa valorarlo, me parece demasiado esfuerzo para expresar algo que se puede hacer de una forma mucho más simple. Puestos a buscar reflexiones, me quedo con los ensayos de Eugene Smith. Menos meses de trabajo con las tijeras y el pegamento, pero mucha más implicación y valor. Y probablemente, sin respaldo de mecenazgos oficiales o de galerías que mueven millonadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario